Persuadir e influenciar a través de las emociones

Sin persuasión no hay inteligencia emocional. Necesitamos influir en los pensamientos, sentimientos y comportamientos propios y de los demás de una forma sana y efectiva. Usando un diálogo estratégico que nos impulse a nosotros mismos mientras lideramos a otros con nuestro carisma. Así asumimos control sobre las emociones.